1.
San Miguel Arcángel,
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y las acechanzas
del demonio.
¡Reprímale Dios!,
pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja al Infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros malignos espíritus
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.
2. (Compuesta por León XIII)
Arcángel San Miguel,
¡quién como Dios!
defiéndenos en la batalla,
ampáranos contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
¡Reprímale Dios!,
te pedimos suplicantes; y tú,
Príncipe de la celestial milicia,
arroja al Infierno con el divino poder
a Satanás y los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo y los aires
para perder las almas.
Glorioso Arcángel,
defiende a España y su Iglesia
y protege al Papa, para que podamos
ver pronto el glorioso triunfo
de los Corazones de Jesús y María.
Amén.
(300 días de indulgencias, Pío X, 8-VI-1908)
NOTA: Se recomienda recitar esta oración con la de Augusta Reina de los Cielos en cada momento que se sospeche la presencia del demonio, así como rociar agua bendita a nuestro alrededor y hacer la señal de la cruz.